ESCENITAS


Por Graciela Lecube Chavez

©   2013

Dos veces al día


Por la mañana abro los ojos,
miro el cielo para ver
si hay sol o va a llover.
No importa, doy gracias igual
y prometo portarme bien,
ayudar en la casa, estudiar,
jugar y estudiar un poco más.
Por la noche cierro los ojos
y pensando quedo si cumplí
con todo lo que prometí.
Sonrío para mis adentros.
Digo gracias una vez más
y al dulce sueño me arrimo
como uvita de jugoso racimo.


Muñeca de trapo


De todas mis muñecas, Trapito
es la que más quiero...
Su cabecita de lana amarilla
parece un loquito plumero...
Sus tiernos ojitos azules
son dos semillas de romero...
Su nariz es otro botón
con brillo de traje de torero...
Su boca es igualita a la rosa
que mami lleva en su sombrero...
Sus piernitas son bien delgadas,
mucho más que un viejo puntero...
Trapito es feíta, pero tan original,
que orgullosa la exhibo en un florero.


La cigüeña retirada


Sentada en una mecedora de madera
natural, la zancuda ya viejita se quejó:
-- En mis tiempos todos celebraban
mis viajes de ida y vuelta de París,
volando sobre los mares y la tierra
para traer miles de hermosos bebés
desde la capital francesa al hogar
con amor decorado por sus papás.
Hoy, muchos están empeñados
en negar mi glorioso pasado,
sin saber que nadie me quita
a mí, lo mucho que he viajado.


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