Graciela Lecube-Chavez
© 2012
Uno es alto y el otro bajito,
uno es alegre y el otro triste,
uno es negro y el otro blanco,
uno es lindo y el otro feíto.
Pero cuando se encontraron
e intercambiaron miradas,
no necesitaron de más nada
y viejos amigos se sintieron.
“Dime con quién andas
y te diré quién eres”, asegura
el refrán, y como es cierto
sonreímos a nuestras anchas.
“Miren bien, éste es mi amigo,
él me entiende y me acepta
como soy; eso nos basta sin
estar atados por el ombligo.
Comentarios