Graciela Lecube-Chavez
© 2012
No me miren así,
con los ojos despavoridos,
las orejas más que caídas
y la lengua afuera.
No me miren así,
porque hoy no voy a jugar
con ustedes afuera
y adentro tampoco.
No, no estoy enojado
y mucho menos castigado,
pero sí preocupado
por lo que acabo de descubrir.
Soy un chico criado
en la era computarizada
y si la electricidad se acabara
no sabría cómo escribir.
Mis dedos pinchan teclas
pero no saben usar un lápiz
y eso me hace pensar
por qué más me voy a preocupar.
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