SOÑAR NO CUESTA NADA


Graciela Lecube-Chavez
 
©  2012


 
Con el capitán Nimo a mi lado
paseaba por el fondo del mar,
cuando de pronto he notado
que puedo viajar sin nadar.

Los peces se acercan a mirarnos;
son seres preciosos, que curiosos
nos admiran como entes extraños
sin notar que estamos nerviosos.

La vida en lo profundo del mar
es, más que un hermoso hechizo,
un paraíso al que intento regresar
sin que mis pies toquen el piso.


Comentarios