EN EL CAMINO UNA FLOR

Graciela Lecube-Chavez
 
©  2012 
 

“ Azucena, Azucena ...”
“ ¿Qué pides, niña buena?”
“ Una flor como tú”.
“ Yo no me puedo arrancar”.
“Si yo lo hago, te veré sangrar
y no es eso lo que quiero,
sino ponerte en un florero”.
“Es un honor para mi
el que me busques así”.
“Entonces, dime por qué
no puedes complacerme?”
“De hacerlo, sembraría
un precedente y no puedo
cumplir con toda la gente”.
“Te entiendo, Azucena,
y acepto tu decisión”.
“Perdóname, yo quisiera...”
“No, Azucena, eres tú quien
debe perdonar mi egoísmo
(es fácil pensar en uno mismo)”.
“Pero es difícil reconocerlo
siendo tan pequeña como tú;
no te aflijas, mi niña querida,
vas por buen camino. Sigue
creciendo como es debido,
que llegarás a señorita dueña
de tu propio jardín florecido”.
 

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