GATITO: - ¿Quién eres? ¿cómo te llamas?
LORITO: - Déjame solo. No tengo ganas.
GATITO: - Eres chiquito y colorido. Podemos ser amigos.
GATITO: No tengas miedo.
GATITO: Te invito a jugar un poquito.
LORITO: ¿Cómo, si cierras los ojitos?
GATITO: ¿Quién, yo? ¡Yo, no!
LORITO: Me pediste jugar... ¿o se te olvidó?
LORITO: Estoy aburrido, despierta.
LORITO: Me gusta estar contigo. No te preocupes por mí. Duerme tranquilo.
GATITO: No te veo pero te siento caminar sobre mi espalda como perico por su casa. Ya verás cuando despierte...
LORITO: ¿Cómo te fue por Sueñolandia"?
GATITO: No sé, recién me desperté. Pero tengo sueñito, ven, duerme tu también, ya verás qué rico.
LORITO: Bueno, sí, amiguito, me convenciste. De hoy en adelante voy a ser el lorito que ronronea.
Comentarios