Aquella mariposa




La mariposa sufre, cae.


La veo y la coloco adentro


de una maceta.


Espero su mejoría.


Muy suavemente queda


allí entre hojitas verdes.


Al otro día voy a verla.


Ya no está.


Un día vuela y se va.


Y sus bellas alitas de colores


se mueven de nuevo.


Y sufro como una tonta.


¿Se habrá ido?


La busco pero no la veo.


Y la imagino sana y volando


sobre las flores del jardín


con el tibio sol


del otoño en el sur.





Leticia Teresa Pontoni


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