LUNA DE CAPRICORNIO



Graciela Lecube-Chavez

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La Luna de Capricornio
brilla, redonda y llenita
sobre la enorme  bahía,
iluminando la casa mía.
Los vecinos en pareja,
cargando a sus bebés
y arrastrando a los hijos
de dos, cinco y tres,
salen en bata y chinelas
a contemplar la escena
a mediados de Julio,
creando la propia
con sus murmullos.
“¡Qué hermosa es!”
“A mi nena llamaré Luna”.
“O Anul, al revés,
para rodearla de misterio”.
La gente está convencida
de que una Luna como ésa
no se deja ver porque sí
como si fuera una proeza.
Yo, con mi inocencia de niño
pongo mi mente en blanco,
abro mis brazos con cariño
y en su manto me acurruco.



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