PA... PÁ



Graciela Lecube-Chavez
 
©  2011
 
 
Juan cierra su oficina, se apura
para llegar hasta donde tiene
estacionado el auto, entra, 
y el cinturón se asegura.
 
Está más que nunca ansioso,
piensa en su esposa, su hijita,
su hogar, y sonríe, sin que
el tráfico lo ponga nervioso.
 
“Algo grande me espera en casa”,
piensa, respirando bien hondo;
“ignoro lo que voy a celebrar
pero siento que de hoy no pasa”.
 
Compra helado, champaña y flores,
regresa al auto, mira su reloj pulsera,
estudia su rostro en el espejo delantero
y aprueba lo que verán sus amores.
 
Su joven esposa lo recibe cargando
a Liliana, la bebita de ambos; ella
le tiende los bracitos y por primera
vez le dice “Pa...pá”, gritando.
 
“¿Cuándo aprendió a decirlo? ¿por qué
no me lo dijiste? A ver, amor, repite,
repite: pa... pá”. La nena no entiende
lo que Juan dice: ”No me equivoqué”.
 

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