Graciela Lecube-Chavez
Si me pidieran que vistiera
un arbolito, invitaría
a cuanto bebito pudiera
y llamaría a este pino
la Cuna de los Angelitos.
En vez de adornos diversos,
este único arbolito llenaría
con las virginales caritas
de mis querubines queridos
y en vez de luces artificiales
dejaría que sus ojitos
guiñaran sus señales.
Enciende y apaga,
apaga y enciende
con asombro y alegría
su deleite y armonía
con que nos premian
como nunca en este día.
© 2010
un arbolito, invitaría
a cuanto bebito pudiera
y llamaría a este pino
la Cuna de los Angelitos.
En vez de adornos diversos,
este único arbolito llenaría
con las virginales caritas
de mis querubines queridos
y en vez de luces artificiales
dejaría que sus ojitos
guiñaran sus señales.
Enciende y apaga,
apaga y enciende
con asombro y alegría
su deleite y armonía
con que nos premian
como nunca en este día.
Comentarios