-Graciela Lecube- Chavez-
© 2009
El Día de Muertos mexicano
es como el Halloween americano,
en que todos los chicos
se ocultan tras un disfraz.
Calaveras, zombies, diablos
y monstruos de toda clase
van de puerta en puerta
preparados para asustar
y divertir a la vez.
Este año papá y mamá
se van a extrañar porque
me disfrazaré con lo que
tenga sin pedirles dinero.
Este 31 de octubre usaré
lo que encuentre, y sin gastar
un centavo adicional
asombraré siendo
creativo y original.
Usaré Bermuda shorts,
camiseta sin mangas
mostrando unos tatuajes
pintados, no de verdad,
gafas oscuras, sandalias,
gorra de béisbol y una
cámara al hombro,
y al que me pregunte
de qué estoy disfrazado
responderé: -De turista
latinoamericano, ¿no ve?-
Si eso no le convence,
con mi i-pod uno tras otro
bajaré raeguetones, cumbias,
merengues, bachatas,
mambos y canciones ya
que la música recibe
a más de un cualquiera
con o sin disfraz, hasta
al vestido a la ligera.
Lo importante es reír,
pasar lindos momentos
en este día especial
poniendo a bailar
hasta los muertos.
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