LA CARICIA A TIEMPO

Graciela Lecube-Chavez

© 2009


Una mañana, malhumorado,
a la cola del gato de la casa
dos latas vacías le colgué.
Mamá lloraba sin consuelo
por el dolor y la vergüenza
de mi inesperado proceder.
- ¿Cómo tienes entrañas
para hacer semejante cosa?
¿Qué derecho el tuyo para
abusar de nuestra mascota?-
Al fin su súplica y razones
hicieron mella en mis sentidos,
el demonio me dejó tranquilo
y dejé de reír. Mamá y el gatito
me dieron lamidas y besitos .
- Yo no merezco tanto amor -
avergonzado reconocí mi error.
- Tienes razón. No lo mereces
por lo que le hiciste al gato,
pero lo necesitas y por eso
mismo te lo damos los dos.

Comentarios