Papa Chuy

Azael Alberto Vigil

© 2009



Papa Chuy es un duende criollo que protege a todos los niños y niñas cuando duermen. De la misma forma que existen genios que viven en lámparas o botellas, papa Chuy vive en todas las almohadas. De vez en cuando aparece en los dulces sueños de los chavales vestido de apache con arco, flecha, y un rosario colorado colgando en el pecho. Lleva una corona de coloridas plumas de quetzal, torogoz y pájaro guardabarranco en la cabeza. Siempre anda riéndose de enciílla a enciílla y nunca descuida su escudo protector con la insignia amor y paz. Es muy querido por los niños y muy temido por todos los monstruos que ambulan por la noche. Es el protector por excelencia del dormir de los chicos. La luna y las estrellas juegan con él cada noche.

Los niños que lo han visto, todos tienen algo en común: se portan bien en la escuela y escuchan los consejos de sus padres. Cada vez que el sueño de un niño se torna pesadilla, es papa Chuy quién llega al rescate, trayendo consigo paz y tranquilidad. Y cada vez que los niños no pueden conciliar el sueño, dicen el siguiente cántico encantado tres veces, y el sueño llega más rapidito que brinca una oveja:

¡Sueño, sueñito
Ven pronto a mí
Con el cielo y l as estrellas
Quiero soñar!

¡Papa Chuy, papito
Quiero dormir
Soñar sólo cosas bellas
Y tener un feliz despertar!

¡Papa Chuy, papa chuíto
Protégeme a mí y a mi familia
Papa Chuy bien dormidito
Me quiero quedar quietecito!

Comentarios

Anónimo dijo…
GRACIAS,AZAEL

ME ENCANTO POR TIERNO
E INSPIRADOR, TANTO,
QUE LE VOY A PEDIR A
PAPA CHUY QUE RESCATE
A LA INOCENCIA QUE
LLEVA TIEMPO EN LA
LISTA DE 'AMBER ALERT'.

graciela lecube-chavez
Anónimo dijo…
Ddefinitivamente precioso. Papa Chuy,o Papa Chuito, lo leimos con mis hijos Alex de 10 y Adelita de 12,nos encanto.

gracias Bloquitos.

Zoraida.
Anónimo dijo…
Gracias a ti Graciela, por comentar. Y gracias también a Rene por la gentileza de publicar el cuento y sumarle su toque original con cada foto o ilustración.

Tienes razón, hay que pedirle a Papa Chuy que rescate la inocencia, a la par de muchas otras cosas...

Saludos,

Azael Alberto Vigil.