El número uno- segunda parte


por René Colato Laínez


(Copyright 2008) Todos los derechos reservados
cuento publicado en Revista Iguana


Ilustraciones de Hernán Estrada


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Pero unos números uno que iban a misa miraron al número uno grande junto a la torre. —Miren, el número uno grande quiere destruir nuestra iglesia, la más grande y bella de toda la isla. Si no lo paramos acabará con nuestra preciosa isla.

El número uno grande fue lazando nuevamente al mar. Al salir decidió regresar junto a sus padres, los únicos números uno que lo querían.

Cuando caminaba por las vías del tren vio que estaban descarriladas. De pronto escuchó que se aproximaba el tren. El número uno grande se puso enfrente y comenzó a gritar para que se detuviera.

Los números unos chiquitos adentro del tren se enfurecieron al ver aquel numero uno grande enfrente de ellos.

—Quiere descarrilar nuestro tren, el más largo y hermoso de toda la isla. Si no lo paramos acabará con nuestra bella isla y con nuestras vidas.

Los número uno chiquitos se bajaron del tren y lo lanzaron al mar otra vez. Él lloro y lamentó su destino. No había ninguna duda, los número uno chiquitos nunca lo iban aceptar como uno de ellos y por fin se marcharía.

Al salir del mar vio como todos los peces se alejaban de la isla y los pájaros volaban hacia otro lugar.

—¿Por qué se van? —les preguntó el número uno.

—Se aproxima un gran huracán que destruirá toda la isla Número Uno y sus habitantes. Vete enseguida y ponte a salvo —le aconsejó una gaviota.

Al llegar la noche, el viento soplaba muy fuerte. Todos los números uno chiquitos lloraban porque su isla preciosa que tanto amaban iba a ser destruida por aquel huracán. El viento soplaba con fuerza y algunas casas se levantaban por los aires.
De repente el número uno grande salió de debajo de la tierra. —No se preocupen, he cavado un túnel enorme donde todos estaremos protegidos durante el huracán.

Todos los números uno chiquitos aplaudieron y se escondieron debajo. Cuando el huracán se marchó, todos los números uno chiquitos le dieron las gracias al número uno grande.

—Muchas gracias por ayudarnos. Estamos tan apenados. Nosotros no hemos sido bueno contigo y aun así tu nos has salvado- dijeron los números uno bajando la cabeza.

—¿Qué podemos hacer por ti para cambiar todo lo que te hicimos?- preguntó un número uno.

—Siempre ser buenos amigos —dijo el número uno grande.

—¡Y tu corazón es tan grande y bello como el isla numero uno! Te construiremos una hermosa casa para que vivas con nosotros en la isla Numero Uno —dijeron todos.

Los números unos chiquitos hicieron un circulo alrededor del número uno grande y comenzaron a bailar y celebrar.

—¡Que viva el número uno grande! —cantaron todos a coro.

Comentarios

julioron dijo…
Hola mi nombre es carolina, soy mama de dos ninos, encontre este cuento y se los lei a mis ninos y les encanto, y a mi tambien, asi que quiero felicitarlos, espero encontrar mas cuentos para mis ninos aqui.