La Gritería

por Christianne Meneses Jacobs (Copyright)
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Llego el último día de noviembre. ¡Yupi! Ese era el día en que mi abuela decoraba su altar a la Virgen María, la Inmaculada Concepción de María, patrona de Nicaragua.

Me gustaba sentarme a ver a mi abuela decorar su altar de azul y blanco como la bandera nicaragüense. Colocaba una tela de velvet azul detrás de la imagen de la Virgen como una cortina y una tela de velvet blanca sobre la mesa donde descansaba la Virgen. Una media luna y estrellas plateadas colgaban de la tela azul, semejando el cielo. Lindas flores rojas de nochebuena adornaban el altar a la Virgen en forma de media luna. Lo último que se le ponía era su corona y su velo. ¡Que bella se veía! Toda una reina. Siempre me sentía orgullosa del altar que mi abuela decoraba para la Virgen. Lo hacía con mucho amor, fe y devoción.

El primer día del novenario (un librito de oraciones a la Virgen que dura nueve días) se le hacía una reverencia a la Virgen y se le colocaba su propio rosario en sus manos. Chicos y grandes nos sentábamos alrededor de mi abuela a rezar la novena a la Virgen. Era un momento muy sagrado, pues mi abuela hasta se olvidaba de que se estaba perdiendo de su novela preferida.

Todos muy ansiosos esperábamos el 7 de diciembre, día de la Gritería. Esa noche todos los feligreses salían a las calles a admirar los altares y a cantar a la Virgen. Las personas decoraban sus jardines convirtiéndolos en altares y ofrendas a la Virgen. Cuando terminábamos de cantar gritábamos: “¿Quién causa tanta alegría? ¡La Concepción de María!” Por eso la celebración se llama la Gritería. Las amas de casa salían con una canasta ofreciendo a todos los presentes limón dulce con banderitas de colores, caña de azúcar, gofios (dulce hecho de pinol), cajetas de leche y de coco, un refresco muy delicioso hecho de maíz fermentado, y si teníamos suerte, nos daban nacatamal (un tamal grande de cerdo que es una comida típica de Nicaragua). Caminábamos de casa en casa cantando a la Virgen y admirando los altares. Me acuerdo que me daba mucha alegría ver a todos los niños del barrio jugando en las calles, cantando, cambiando limones dulces por caña de azúcar y corriendo por las calles con luces de Bengala.

Algunos pueblos llevaban a la Virgen en procesión hasta la iglesia. Otros pueblos y comunidades organizaban concursos y les daban premios al altar mejor decorado y más popular. Me han contado que antes de que yo naciera, mi abuela había ganado varios de estos concursos.

Esta era la mejor manera de empezar diciembre. Todo el país se llenaba de alegría y música. También era la época seca y el clima era perfecto para esta celebración a la Virgen, bailar en las calles y gritar “¿Quién causa tanta alegría? ¡La Concepción de María!” contestábamos mientras masticábamos la caña de azúcar y pelábamos los limones dulces.

La Gritería sigue siendo la festividad más alegre de diciembre para todos los nicas.

Comentarios

Anónimo dijo…
Gracias,

No sabia de esta tradición de nicaragua.
Anónimo dijo…
Muy bueno conocer sobre esta festividad.
Leticia Pontoni.